miércoles, 20 de julio de 2016

Así fue la boda...

¡Hola a todo el mundo!

Prometí contarles que tal me iba en la boda y ahora que ya tengo todas las fotografías editadas, les voy a contar un poquito como transcurrió ese gran día.

La noche anterior al día de la boda preparé todo el equipo fotográfico en la mochila (la fuji XT1 con su grip, los objetivos 18mm, 35mm y el 56mm, el flash, las baterías cargadas y las SD vacías). También llevé por si hacía falta el trípode de la cámara, el reflector, el pié de flash y un paraguas.

Quedamos con la novia a las 17:00, la cual venía ya peinada de peluquería, en el puesto de maquillaje de Mac en el Corte Inglés de Mesa y López (en Las Palmas de Gran Canaria), donde la maquillaron y quedó preciosa.
De ahí fuimos a la casa donde empezaron los preparativos. Mi objetivo principal era sacar muchas fotos detalles, donde se viese su peinado, el vestido, los tacones, los accesorios, los anillos, el ramo... Y fotos a la novia, que estaba espectacular, deslumbraba con una sonrisa de auténtica felicidad.
Como verán en las fotos la novia iba muy armónica vestida. Un vestido largo sencillo con detalles únicos, unos accesorios muy finos, los tacones discretos a juego con el vestido, un maquillaje suave y un peinado con la melena suelta con hondas unas trenzas de los lateras agarradas en el centro con unas bonitas flores a juego con el ramo.
De la casa nos dirigimos al muelle deportivo, donde se iba a realizar la ceremonia, el banquete y la fiesta.
Tuvimos que prepararnos para fotografiar lo que sería uno de los grandes momentos del día ¡la novia llegaba en barco a la ceremonia! Llegó en un pequeño barco de motor decorado con flores rosas y acompañada de su padrino.
Desembarcó en el pantalán y subió al altar donde le esperaba el novio.
Fue un acto sencillo y rápido, se dijeron unas hermosas palabras y al fin el ¡si, quiero! acompañado de un beso largo y apasionado.
Antes de la cena fuimos con los novios, las damas de honor el padrino y la madrina al parque Doramas, donde les realizamos una pequeña sesión muy divertida.
Al regresar al muelle deportivo ya era la hora de cenar y aprovechamos para descansar. He de decir que en ese momento respiré hondo y no podía estar más contenta de cómo estaba transcurriendo todo, de una manera fluida y sin estrés. Miré las fotos que tenía hasta el momento y me quedé realmente satisfecha y con ganas de continuar tras la cena.
Cuando finalizó la cena hicimos ruta con los novios por todas las mesas para que se realizaran fotos con los invitados. Los invitaos muy divertidos y simpáticos no paraban de felicitar a los novios.
Al terminar los novios partieron la tarta y después de disfrutar esa delicia de postre, inauguraron la pista de baile y ya a partir de ahí todo fueron risas, beber y bailar hasta las tantas.
Sin duda una boda muy bonita y contenta con el resultado, solo espero que el matrimonio dure toda la vida, son una pareja encantadora.


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